La caída de River
por Gastón Corti | 06.12.11
El 24 de Junio de 2011, luego de empatar 1 a 1 contra Belgrano de Córdoba en el Estadio Monumental por la promoción, River Plate descendió a la Primera Nacional B.
Ese fatídico día para todos los hinchas riverplatenses dejó grabado en mi mente decenas de personas llorando, maldiciendo y desahogándose de una manera difícil de imitar y describir.
Esos hinchas se preguntaban: “¿Qué le hicieron a River?”, “¿Cómo River se fue a la B?”. Yo me tomé el atrevimiento de emprender la búsqueda exhaustiva de respuestas para esa aventura que escondía una dosis de calma para mi tristeza honda y profunda.
Ese trabajo se denomina “La Caída de River”. Allí, en mi obra, se encuentran todas las piezas que, a mi entender, determinan el por qué de River en la B y las causas de esta rareza.
Un José María Aguilar diciendo en Diciembre de 2001: “La nueva realidad es un River austero, severo, con conductas firmes”.
Negociados. Venta de porcentajes de jugadores a cambio de Pintura. Acuerdos espurios con el iraní Zahavi. Intermediarios como el Club Locarno de Suiza. Fernando Hidalgo. Prueba de jugadores libres. Navarro, Galmarini, Paniagua, Sixto Peralta, Vega, Talamonti, Quiroga, Leyenda, Patiño.
La Batalla de los Quinchos. Alan Schlenker. Adrián Rousseau. Gonzalo Acro. Clausura y cierre del estadio. La banda del Oeste. La Banda de Palermo.
“Vi jugar a Gerlo de 9”, “La Ogromanía”, Belluschi de ídolo que no ganó ni un campeonato, son la muestra de cómo la sociedad riverplatense acompañaba la degradación y la caída de River.
En la tribuna popular alta, la bandera “Son los Mejores” que incluía las caras de Pinino Más, Francescoli, Labruna y Ramón Díaz fue reemplazada por “Gonzalo es River”, léase una persona violenta que vivía de River y fue asesinada a sangre fría a plena luz del día en Villa Urquiza.
Nada es casual.
En el libro, la política de contrataciones, las relaciones con la barrabrava, las elecciones del 2001, 2005 y 2009, los mandatos de Aguilar y de Passarella, junto a todos los resultados deportivos, son analizados con gran profundidad, prudencia y responsabilidad.
José Gervasio Artigas decía que “con la verdad, no ofendo ni temo”.
El libro tiene un solo objetivo: ser una enseñanza para entender que las malas políticas, la corrupción, la impunidad y el saqueo te llevan indefectiblemente “al descenso”.
Como dice Gabriel García Marquez en El amor en tiempos de Cólera: “El que no tiene memoria se hace una de papel”.
Ese fatídico día para todos los hinchas riverplatenses dejó grabado en mi mente decenas de personas llorando, maldiciendo y desahogándose de una manera difícil de imitar y describir.
Esos hinchas se preguntaban: “¿Qué le hicieron a River?”, “¿Cómo River se fue a la B?”. Yo me tomé el atrevimiento de emprender la búsqueda exhaustiva de respuestas para esa aventura que escondía una dosis de calma para mi tristeza honda y profunda.
Ese trabajo se denomina “La Caída de River”. Allí, en mi obra, se encuentran todas las piezas que, a mi entender, determinan el por qué de River en la B y las causas de esta rareza.
Un José María Aguilar diciendo en Diciembre de 2001: “La nueva realidad es un River austero, severo, con conductas firmes”.
Negociados. Venta de porcentajes de jugadores a cambio de Pintura. Acuerdos espurios con el iraní Zahavi. Intermediarios como el Club Locarno de Suiza. Fernando Hidalgo. Prueba de jugadores libres. Navarro, Galmarini, Paniagua, Sixto Peralta, Vega, Talamonti, Quiroga, Leyenda, Patiño.
La Batalla de los Quinchos. Alan Schlenker. Adrián Rousseau. Gonzalo Acro. Clausura y cierre del estadio. La banda del Oeste. La Banda de Palermo.
“Vi jugar a Gerlo de 9”, “La Ogromanía”, Belluschi de ídolo que no ganó ni un campeonato, son la muestra de cómo la sociedad riverplatense acompañaba la degradación y la caída de River.
En la tribuna popular alta, la bandera “Son los Mejores” que incluía las caras de Pinino Más, Francescoli, Labruna y Ramón Díaz fue reemplazada por “Gonzalo es River”, léase una persona violenta que vivía de River y fue asesinada a sangre fría a plena luz del día en Villa Urquiza.
Nada es casual.
En el libro, la política de contrataciones, las relaciones con la barrabrava, las elecciones del 2001, 2005 y 2009, los mandatos de Aguilar y de Passarella, junto a todos los resultados deportivos, son analizados con gran profundidad, prudencia y responsabilidad.
José Gervasio Artigas decía que “con la verdad, no ofendo ni temo”.
El libro tiene un solo objetivo: ser una enseñanza para entender que las malas políticas, la corrupción, la impunidad y el saqueo te llevan indefectiblemente “al descenso”.
Como dice Gabriel García Marquez en El amor en tiempos de Cólera: “El que no tiene memoria se hace una de papel”.
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